Cuerpos en (el) juego
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Desde
que Alegra Geller, la diseñadora más exitosa de juegos virtuales, debe huir
junto a Ted Pikull, un joven encargado de ventas de
Pero una vez que Ted ha sido sometido por una pistola hidroeléctrica y junto a Allegra se introducen en eXistenZ -el juego- se produce un claro cambio de rumbo -¿es que Cronenberg habrá estado leyendo manuales de guiones?-. Allí se inicia una aventura laberíntica muy bien definida por uno de sus participantes cuando, muy cerca de la conclusión, dice: "Las vueltas y los giros al final me dieron dolor de cabeza. Tal vez eran demasiadas...". Entonces, en la película y en el juego, se instalan innominadas criaturas sangrantes, a la manera de esas particulares máquinas de escribir que alucinaba Bill Lee en Festín desnudo (1991), y violentas situaciones, como el asesinato del camarero chino, rociadas con abundante sangre y observadas con una cámara (paradójicamente) tan cercana a los hechos como distanciada en su mirada, lo que es ya una marca que atraviesa toda la producción de Cronenberg, en la que los arrebatos emocionales, cuando los hay, son presentados con la misma asepsia que se supone propia de una operación quirúrgica. Los sucesivos enfrentamientos entre agentes, dobles agentes de distintas compañías de juegos virtuales y jóvenes rebeldes que se rotulan a sí mismos como "realistas" no alcanzan a constituirse en "un símbolo de estos tiempos" -¿cuáles?-, como sí lo es para Allegra el anfibio mutante del que ya dimos cuenta, sino en la posibilidad de filmar situaciones de tensión bastante intensas pese al austero presupuesto, se entiende que de acuerdo a los cánones de la producción industrial, que exhibe el film. Pero acá lejos está de terminar todo. Como guionista el cineasta canadiense se ha preocupado esta vez de construir una suerte de juego de cajas chinas que propone, en poco menos de diez minutos, tres finales sucesivos, el último de los cuales es abierto. En el primero, todo lo que hasta allí ha ocurrido es nada más que un juego virtual: transCendenZ , de El tercer final se instala con una pregunta del participante que actuó como mozo chino. Pregunta, a Allegra y Ted: "Díganme la verdad ¿todavía estamos en el juego?" Esta duda, tantas veces formulada en el cine y fuera de él, parece más una forma, a lo mejor inesperada para algunos inocentes, de cerrar, aunque paradójicamente la abra, Puede argüirse que este largometraje de Cronenberg propone algunas ideas inquietantes, bastante recorridas ya y en este caso poquísimas veces formuladas desde las imágenes, como el paralelismo entre hombres y computadoras (a ambos se los conecta a juegos virtuales), o entre religión y tecnología (ambas concretan sus ceremonias en iglesias) y hasta se puede decir que hay una constatación desesperanzada de las transformaciones de los cuerpos (en varios sentidos) pero la manera en que la puesta en escena las expresa las hace circular más como ingredientes al día para sazonar el relato de unas aventuras bastante especiales que como centro de una preocupación. Como si en Cronenberg se hubiera producido, conjeturo, una desinteligencia, una fractura, entre su condición de guionista y su trabajo de director, que acá no termina de encontrar un centro capaz de cohesionar los múltiples andariveles por los que pretende desplegarse el relato. Lo que sí había resuelto en Videodrome, 1983 o Crash, 1996, por sólo recordar dos ejemplos.
Ficha técnica:
eXistenZ: mundo virtual [eXistenZ]
Canadá/ Francia/ Reino Unido, 1999. Inglés, color, 94m. (duración original: 97m.) Dirección y guión: David Cronenberg. Intérpretes: Jennifer Jason Leigh (Allegra Geller), Jude Law (Ted Pikul), Ian Holm (Kiri Vinokur), Willem Dafoe (Gas), Don McKellar (Yevgeny Nourish), Callum Keith Rennie (Hugo Carlaw), Christopher Eccleston (Levi), Sarah Polley (Merle), Robert A. Silverman (D´Arcy Nader), Oscar Hsu (camarero chino), Kris Lemche (Noel Dichter), Vik Sahay (asistente hombre), Kirsten Jonson (asistente mujer), James Kirchner (Landry), Belázs Koós (voluntario hombre), Stephanie Belding (voluntaria mujer). Fotografía: Peter Suschitzky. Montaje: Ronald Sanders. Música: Howard Shore. Sonido: Ryan Shore. Diseño de producción: Carol Spier. Dirección artística: Tamara Deverell. Decorados: Elinor Rose Galbraith. Vestuario: Dense Cronenberg. Supervisión de efectos especiales: Jim Isaac. Casting: Deirdre Brown. Productores: Robert Lantos, Andras Hamori, David Cronenberg. Co-productores: Bradley Adams, Damon Bryant, Michael McDonald. Productor asociado: Sandra Tucker. Compañías productoras: Alliance Atlantis, Natural Nylon, Serendipity Point Films. Editó en video en Argentina: Gativideo.
EMILIO TOIBERO.
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miércoles, 4 de junio de 2014
eXistenZ: mundo virtual, de D. Cronenberg
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