Escenas de familia en la provincia
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Habrá que convenir que, en
principio, la historia de los Charpin-Vasseur aparece, en aquella parte que se
nos permite conocer: desde la ocupación nacional-socialista de una parte de
Francia hasta nuestros días, como compleja. ¿Lo es más que la de cualquier
otra familia, francesa o no? Vaya uno a saber, dado que después de todo este
tipo de instituciones se construyen sobre el secreto y la mentira,
coincidiendo con lo que afirma, en la ficción, La Fleur du mal. Con las
necesarias diferencias del caso, los Charpin-Vasseur se asemejan a otros
grupos semejantes descriptos por Claude Chabrol: vienen a mi memoria los
viñateros de Le Scandale –la vid es casualmente también el cultivo del que se
han apartado nuestros Charpin-Vasseur–, los Masson de Juste avant la nuit, o
los Muller-Polonski, inusual entendimiento de la industria del chocolate con
el arte musical, de Merci pour le chocolat.
¿Quiere esto decir que Chabrol filma siempre lo mismo? No. En La Fleur du mal reúne dos entre las muchas preocupaciones que atraviesan su obra. Por un lado, la descripción de usos y costumbres de una familia burguesa, provinciana de Bordeaux para el caso; por el otro, lo que para nada resulta accesorio, inserta este cuadro de costumbres en la historia de Francia, comenzando con los oscuros sometimientos a los invasores alemanes –cuestión que ya había capturado su atención en Une Affaire de femmes y L’Oeil de Vichy– y proponiendo, como final del recorrido, ciertas maneras de entender la actividad política durante Salvo un brevísimo recorrido mental de la deliciosa tía Micheline –Line para sus íntimos– por algunos cuartos de la casa familiar tal como era años atrás, y algunas voces over que cada tanto ella oye, el pasado nunca aparece en imágenes ni en sonidos. Su presencia, sin embargo, es constante. ¿Virtuosismo de Chabrol que no quiere condescender al flash-back? Quizá, aunque cabe otra posibilidad más atractiva. Muy cerca del final, Line dice que el tiempo no existe, que siempre se vive en un rabioso presente. ¿Implica esto la eliminación del pasado? No, sino que, al menos para Line y algunos otros miembros de su familia, el pasado vive en el presente y las estrategias narrativas elegidas le darían la razón, así como también ese plano que, después del almuerzo familiar de bienvenida a François, desde detrás de una jaula para pájaros descubre a Line y a su sobrina nieta, Michele, separadas pero igualmente presas. Le Fleur du mal tiene una estructura circular, o casi. Comienza por un memorable travelling, tan hitcockiano en su concepción que hace pensar en el que nos acercaba a Manderley en Rebecca, que desde afuera se introduce en el suntuoso hogar de los Charpin-Vasseur, sube la escalera que conduce a la planta alta y nos descubre, sobre una exquisita alfombra persa, un cadáver. Desde allí la narración dará cuenta de los hechos que dieron lugar al crimen y de cómo ocurrió éste, para concluir, abandonando el festejo de Anne por su triunfo, con la cámara mirando Cada vez más amoral –y habría que pensar cuánto tiene que ver en esto Releo lo escrito y advierto que el lector puede llegar a suponer que La Fleur du mal es un thriller, como reza su publicidad, al menos Resta una duda inquietante. Para describir algunos interesantes episodios de la vida de los Charpin-Vasseur, Chabrol ha utilizado a casi toda su familia. Su hijo Thomas actúa; su hijo Matthew firma la partitura musical; su hija Cecile cubre la asistencia de dirección, y Aurore, su actual esposa, está acredita como script. Estas elecciones ¿son susceptibles de una lectura a la manera de Chabrol?
Ficha técnica:
La Fleur du mal [La flor del mal]
Francia, 2002. Francés, color, 104m. Dirección: Claude Cabrol. Intérpretes: Nathalie Baye (Anne), Benoît Magimel (François), Suzanne Flon (Tante Line), Bernard Lecoq (Gérard), Mélanie Doutey (Michèle), Thomas Chabrol (Mathieu). Guión: Claude Chabrol, Caroline Eliacheff, Louise L. Lambrichs. Producción: Marin Karmitz. Música: Matthieu Chabrol. Fotografía: Eduardo Serra. Montaje: Monique Fardoulis. Sonido: Pierre Lenoir, Thierry Lebon. Decorados: Françoise Benoît-Fresco. Vestuario: Mic Cheminal. Compañías Productoras: Les Films de la Boissière – UGC YM, Go Films, France 2 Cinéma. Distribución en la Argentina: Alfa. Estreno en Buenos Aires: 14 de agosto de 2003. Calificación: PM16 Fotos cortesía de Alfa.
EMILIO TOIBERO.
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miércoles, 4 de junio de 2014
La Fleur du mal, de C. Chabrol
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